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“Huelva Tóxica”, la Asociación que nació en las redes sociales

 #HUELVATÓXICA

Hoy es un día grande para Huelva.


Desde hace casi dos años que se creara un grupo en la plataforma social Facebook, “Huelva Tóxica” ha ido ganando seguidores con el paso del tiempo. El desconocimiento, la inquietud o las ganas de compartir experiencias propias, han sido las claves para el buen funcionamiento desde el primer día de este movimiento. Día a día aprendemos los unos de los otros.

Lo que nació como un grupo más, a simple vista, ha ido convirtiéndose en un referente en la lucha contra la contaminación que asola nuestra ciudad. Cada vez somos más, y es que somos muchos a los que nos preocupa la calidad de nuestras vidas que, desgraciadamente, hace cincuenta años se vieron seriamente afectadas en todos los aspectos.

Las ganas por conseguir ese cambio tan deseado que marque un nuevo rumbo a nuestra ciudad, hace que nos pongamos manos a la obra y así acallar esos rumores que nos tachan de ciudadanos apáticos, sin aspiraciones, conformistas y que no luchan por lo suyo.

Con mucha fuerza a sus espaldas y sin titubeos, nace un nuevo movimiento ciudadano, abierto a todo el mundo que esté dispuesto a trabajar… y es que en “Huelva Tóxica” se cree en el diálogo y la no-violencia como principales armas.

Todo aquél que crea en la participación ciudadana y en nuevos modelos de desarrollo para una ciudad que fue secuestrada hace cincuenta años y que ha sido maltratada desde entonces hasta nuestros días (en pleno siglo XXI), será bienvenido. La ciudad la hacen los ciudadanos, y a nosotros siempre se nos ha menospreciado… desde la instalación de la primera factoría en tiempos franquistas, pasando por el vertido de mil doscientas hectáreas de fosfoyesos en las Marismas del Tinto (más todas las ingentes cantidades del mismo que se vertieron sin ningún control en nuestra Ría del Odiel) y acabando con el deterioro de monumentos y la destrucción del patrimonio histórico para construir edificios grises y sin vida, lo que nos otorga la idiosincrasia de “ciudad industrial” abandonada por aquellos que nos gobiernan… un espacio para arrojar residuos venidos de otras tierras (Cesio-137 del accidente de Acerinox, Algeciras – Residuos Tóxicos procedentes de la petroquímica SISAS, Pioltello-Rodano, Milán… etcétera), una cloaca industrial en la que todo está permitido.


Hoy es un día grande para Huelva, hoy nace la Asociación “Huelva Tóxica”.

Diez lágrimas


Tenía quince años cuando los informativos se inundaban de tragedia. Lo que estaba pasando en Madrid era difícil de digerir para cualquiera, aunque después de lo que sucedió en el World Trade Center el once de Septiembre de dos mil once, el ser humano me había demostrado que era capaz de llegar a niveles insospechados.

Ese once de Marzo era un día cualquiera. Estaba en mi casa junto a los míos con el televisor sonando de fondo. Nadie se esperaba lo que estaba por venir, esa brecha que marcaría la historia de las dos Españas y de una humanidad descuidada. Me enteré del suceso del mismo modo que cuando me enteré que Lady Di había fallecido en un accidente de coche, así, de repente, sin apenas poder digerirlo.

Tiempo atrás, y tras un fuerte rechazo de la ciudadanía, España se teñía de libertad para combatir junto a Estados Unidos en un frente que, a mi entender, ni nos iba ni nos venía; sí, a día de hoy sigo sin entender la finalidad de una guerra más allá de los intereses que dicta el diablo del hombre.

Muy poco se tardó en criminalizar a los terroristas que habían sembrado el miedo en tantos rincones de las tierras por las que antaño cabalgó El Cid Campeador.

Pocos días después de la catástrofe, España debía decidir mediante sufragio universal y ante la atenta mirada de d'Hondt quienes serían el grupo de gerifaltes de los cuales seríamos palmeros durante los próximos cuatro años. Ganaron los otros... los del otro color, me refiero, y nos esperaban seis años de incógnitas, recesión y cejas.

Hoy, después de que hayan llovido tantas lágrimas, no busco culpables. Hoy, por esos ciento noventa inocentes que se fueron... retumban mis latidos. Hoy, por esos que se esconden y eluden sus responsabilidades... les digo que la batalla de la vida es larga, y un pueblo que ha sido tan cruelmente maltratado no durará en silencio por mucho más tiempo.

Esperamos respuestas... diez años después, diez lágrimas después.